El giro en la estrategia comunicacional de Piñera: destacar su éxito empresarial
El empresario no trepidó en usar las redes sociales para hacer sus descargos de lo que considera una “canallesca campaña sucia” en su contra.
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El lunes 27 de febrero quedó en evidencia una nueva estrategia comunicacional para intentar contrarrestar la fuerte polémica en torno a los conflictos de interés que enfrenta el ex presidente Sebastián Piñera. Paradojalmente, quien la estrenó fue el timonel de Evópoli, Jorge Saint-Jean, único partido de la oposición que levantó un candidato para competir con el empresario en la primaria del sector el 2 de julio.
Tras la cita habitual de Chile Vamos, el dirigente subrayó que el mandatario es “exitoso con su propio esfuerzo como empresario, no necesitó del gobierno ni del Estado de Chile para lograr el éxito empresarial” y advirtió que “nosotros vamos a defender el capital político que tenemos con el ex presidente Sebastián Piñera”.
Y así ha sido. Pero horas más tarde de la arenga de Saint-Jean, Piñera decidió tomar en sus manos la defensa de su figura, acusando una “canallesca y sistemática campaña sucia en su contra” y destacando sus logros tanto en el ámbito empresarial como político, para explicar por qué las denuncias en su contra ya sea en relación al caso Bancard-Exalmar o de la mina Dominga no tienen asidero.
Los analistas coinciden en que es difícil saber si esta estrategia rendirá frutos electoralmente hablando, pero eso es algo que no se puede medir a corto plazo. Desde el punto de vista del decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán, “lo que está haciendo Piñera finalmente es hacer explícita una condición que sus críticos abordan como un lastre (…). Está tratando de despejar un tema que sus críticos quieren satanizar”.
Es decir, acota, “la estrategia de sus oponentes ha sido tratar de vincular aquellas instituciones que tienen bajo nivel de confianza -como ocurre con el gobierno y el mundo empresarial- y para evitar eso, Piñera se está anticipando a ese intento de vincularlo o satanizarlo”.
Lo que para Guzmán “va en la línea correcta. Es despejar fuentes posibles de conflicto”.
Por otra parte, atribuye a la falta de cobertura mediática de los partidos del bloque opositor el que Piñera se haya visto forzado a tomar en sus propias manos su defensa pública. “No queda otra estrategia que él mismo salga a jugar este rol, ya que evidentemente tiene mucha más cobertura mediática que cualquier persona que salga a defenderlo y resulta más creíble”, expone.
“El giro comunicacional de Piñera y su entorno da cuenta de la idea de instalar un discurso más bien justificatorio”, discrepa el decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Central, Marco Moreno.
El experto explica que lo que se busca “es poner el foco en que el patrimonio del ex presidente es tan importante que no ha incurrido en ilícitos”, aunque tanto los efectos de las denuncias que pesan sobre el empresario como esta estrategia pueden ser “marginales” electoralmente.
Y sólo se “podría erosionar de una manera eficaz el capital político del ex presidente si sus adversarios de la Nueva Mayoría machacan sobre este punto y profundizan”, poniendo en duda el atributo de credibilidad de Piñera. Pese a que Moreno insiste en que es difícil medir cuánto puede dañar una estrategia así al ex jefe de Estado.
Mucho más práctico en su análisis es el director ejecutivo del Instituto Libertad -ligado a Renovación Nacional-, Aldo Cassinelli. A su juicio, la estrategia adoptada por el ex mandatario “demuestra la capacidad que tiene de generar riqueza, que es uno de los grandes problemas que está teniendo el país, responde la crítica a su rol como empresario y releva la posibilidad de decir que como empresario puede hacer lo que el país necesita”, apuntando a la generación de riqueza.
En una mirada más global, sostiene que uno de los grandes desafíos a nivel mundial es la creación de riqueza y es allí “donde la gente está poniendo el voto”.
Una muestra de ello “es Trump, PPK en Perú, Macri en Argentina y tiene otros referentes en Europa” y el piñerismo apunta a decir que “esto no es una carga, sino un activo”.